lunes, 24 de julio de 2017

TRANSMISIONES, LÍNEAS DE EJE Y HÉLICES Parte 1

TRANSMISIONES, LÍNEAS DE EJE Y HÉLICES

I N T R O D U C C I Ó N
La historia de la navegación se remonta unos 10.000 años. A medida que el ser humano fue evolucionando, su necesidad de aprovechar nuevos recursos fue en aumento. Por este motivo la tecnología fue progresando y el hombre construyó elementos para flotar en el agua; probablemente usó troncos de árboles u otros materiales abundantes en su entorno que tenían flotabilidad. Para impulsarse y no quedar a la deriva, echó mano del remo hasta que descubrió que la fuerza eólica podía impulsarlo con menor esfuerzo y mayor efectividad; luego, descubrió la manera de llevar la embarcación hacia donde quería e inventó el timón. A través del tiempo el hombre fue introduciendo mejoras en sus naves, dándoles cada vez mayor impulso y dominio, hasta llegar a las modernas naves que surcan hoy en día los océanos del mundo.
En el siglo XIX la construcción naval comenzó a utilizar el hierro para el casco y el vapor para la propulsión, lo que constituyó una revolución en el ámbito marítimo.
El “Clermont”, una pequeña nave de madera construida en los Estados Unidos por Robert Fulton, fue el primer barco propulsado por ruedas movidas mediante maquinaria a vapor. Prestó servicios efectivos a la navegación, remontando el río Hudson en 1807. Desde esa fecha los buques a vapor se multiplicaron. Como apoyo, a las naves se les colocaron mástiles y velas además de ruedas en sus costados para darles mayor velocidad en sus travesías oceánicas.
En la década de 1860 los buques a vapor comenzaron a desaparecer y la vela quedó limitada al uso deportivo y de recreo ya que la maquinaria de propulsión se había perfeccionado suficientemente con la aparición de los motores de combustión interna en el siglo XX y a finales de ese mismo siglo la propulsión nuclear.
Entonces podemos estar de acuerdo en que hoy día los buques son diferentes a los del siglo XVIII por las siguientes razones:
  • Por el tipo de Material usado para construirlo
  • Por su tamaño
  • Por su complejidad
  • Por su tecnología
SISTEMAS DE PROPULSIÓN DE LOS BUQUES
El Sistema de Propulsión:
es el conjunto de Elementos que permiten que el Buque se desplace de un punto a otro.

Elementos:
  • Motor
  • Transmisión
  • Ejes
  • Hélices

¿QUE ES LA TRANSMISIÓN?
El primer paso en la comprensión de la transmisión marina es darse cuenta de que a pesar de la nomenclatura idéntica, no tiene prácticamente nada que ver con la transmisión de un coche.
Al penetrar y girar la hélice, el agua es empujada hacia atrás, pues no es un sólido rígido, actuando una ley de la física, conocido como el principio de acción-reacción. Puesto que el agua es el Medio de trabajo para que se produzca un empuje, tiene que haber una masa de agua desplazándose hacia atrás.
Podemos entenderlo como: tanta agua empujemos hacia atrás, tanto barco es empujado hacia adelante. Si por ejemplo, la hélice empuja100 kilos (masa) de agua a 30 nudos, y si nuestro barco pesara solo 100 kilos, este se movería a también 30 nudos (descontando las pérdidas de potencia y rozamientos). Pero si nuestro barco pesase 200 kilos, entonces se movería a la mitad de velocidad, 15 nudos. Se conserva la cantidad de movimiento (masa de agua x velocidad de agua = masa de barco x velocidad de barco).
La transmisión marina de la embarcación dispone de varias funciones. Una de ellas se encarga de acoplar y desacoplar el motor de la hélice. Otra es la de proporcionar una rotación inversa de modo que el barco realice un movimiento avante o hacia detrás. Estas dos funciones se llevan a cabo por una serie de embragues internos, que dependiendo de la posición del cambio involucran a los distintos conjuntos de engranajes de diferente modo.
Cuando la demanda de potencia está en posición "para" no hay compromiso entre los conjuntos de engranajes, por el contrario cuando está en cualquiera de las otras dos posiciones, avante o atrás, existirá compromiso entre uno u otro de los conjuntos de engranajes dependiendo de la posición. Hay que tener en cuenta que, estrictamente hablando, no existe tal cosa como el avance y retroceso, sino que hablamos decambio de sentido de giro de la hélice (sentido horario o antihorario). En algunas instalaciones de contra-rotación de las hélices en realidad se logra simplemente cambiando la relación de modo que el conjunto de engranajes contrario se activa cuando se mueve la palanca  de control.
La otra función de la transmisión marina sirve para ajustar la relación entre las rpm del motor y las rpm de la hélice. Un diésel típico gira en torno a 2.000 rpm a velocidad de crucero. Una hélice girando a esta velocidad sería altamente ineficiente. El trabajo de los engranajes dentro de la transmisión es crucial para reducir la velocidad de la rotación de la hélice aproximadamente a la mitad de la del motor (dependiendo de la relación de reducción de la transmisión), por lo que este siempre se refiere como la relación de reducción.
La transmisión marina realiza otra función vital. Es el lugar más conveniente para incorporar un dispositivo auxiliar, como una bomba hidráulica. La mayoría de las transmisiones marinas tienen un punto de toma de fuerza, que si no se utiliza, generalmente está cubierta por una placa.

Los engranajes
Los engranajes son elementos que permiten transmitir rotaciones entre ejes con una relación de velocidades angulares constante. Aunque este mismo objetivo se puede lograr también mediante correas, cadenas, ruedas de fricción o mecanismos de barras articulada, los engranajes son quizá los elementos más versátiles y los que presentan menores limitaciones. Por ejemplo, las cadenas y correas son alternativas silenciosas y de bajo coste, pero tienden a ocupar un volumen superior y su capacidad de transmisión de potencia es limitada. Los engranajes, en cambio, son compactos, sencillos de fabricar, pueden transmitir grandes potencias y están normalizados, razones por las que su presencia es ubicua en todo tipo de máquinas, en forma de reductores, multiplicadores, cajas de cambios, diferenciales, etc…

Los engranajes se clasifican en tres grupos, atendiendo a la disposición de sus ejes:

Ejes paralelos - engranajes cilíndricos
- Dientes rectos: pueden ser exteriores (figura 1) o interiores.

 Figura 1-Transmisión con engranajes de dientes rectos




- Piñón-cremallera (figura 2).
 Figura 2-Transmisión piñón-cremallera



- Dientes helicoidales (figura 5)
 Figura 5- Transmisión con dientes helicoidales


Herringbone (figura 6).
 Figura 6- Transmisión con engranajes tipo Herringbone

Ejes que se cortan - engranajes cónicos
- Dientes rectos (figura 4).
 Figura 4-Transmisión con engranajes cónicos de dientes rectos


- Dientes espirales (figura 3).
  Figura3-Transmisión con engranajes cónicos de dientes espirales


Ejes que se cruzan
- Hipoides (figura 7).
 Figura 7-Transmisión con engranajes  Hipoides


- Sinfín-corona (figura 8).
 Figura 8-Transmisión sinfín-corona

- Helicoidales de ejes cruzados (figura 9).
 Figura 9-Transmisión de engranajes helicoidales para ejes cruzados


TIPOS DE TRANSMISIONES
En motores interiores
Se entiende como motor interior aquel que está instalado en el interior de la embarcación, de manera fija, y cuya transmisión también se encuentra alojada en el interior de la misma.

Línea de Eje




Las embarcaciones que suelen estar equipadas con este tipo de transmisión son muy diversas. Desde embarcaciones de madera convencionales utilizadas por los pescadores durante décadas, hasta las más modernas embarcaciones para la práctica de deportes náuticos como el wake o el esquí, pasando por los lujosos yates y grandes buques mercantes.
Como se puede deducir de lo anterior, estamos ante el tipo de transmisión más frecuente y que abarca una más amplia gama de posibles embarcaciones en las que ser instalada, precisamente por esto existen múltiples variantes dependiendo de la embarcación en la que la encontremos. Estas diferencias surgen principalmente entre la hélice y el acoplamiento que une la inversora al eje, pero en este caso lo que nos interesa es esto último.
Disposición típica de una línea de eje con cojinete de empuje incorporada en la caja inversora

CAJA INVERSORA
Existen dos tipos de inversoras. Hidráulicas y mecánicas (Figura 12). A continuación se explica detalladamente el funcionamiento de estas últimas accionadas mecánicamente.
 Figura 12- Caja inversora


La inversora (Figura 12). además de ocuparse de invertir las marchas cambiando el sentido de giro del eje de la hélice (el motor siempre gira en el mismo sentido) sirve como reductora, ajustando la relación entre las rpm del motor y las rpm de la hélice.

Caja inversora simple, sin reducción.
Esta transmisión es de dos ejes. Un eje está conectado con el volante de inercia del motor. En el otro los cojinetes situados en este soportan dos engranajes de propulsión, avante y atrás.
El engranaje de propulsión hacia delante está impulsado directamente por el engranaje de impulsión hacia delante, de modo que su rotación es opuesta a la del motor. El engranaje de propulsión hacia atrás está impulsado por un engranaje intermedio, de modo que su rotación se produce en la misma dirección del motor. Puesto que los dos engranajes de propulsión tienen más dientes que sus contrapiezas, las revoluciones del motor disminuyen y el efecto del par aumenta tanto en marcha avante como en la marcha atrás. Según el modelo la relación de reducción será diferente.
La dirección de la rotación está determinada por el cono impulsor (embrague), que se desliza hacia atrás y hacia delante entre los engranajes del eje acanalado. Cuando la palanca de cambio de engranajes empuja el cono impulsor hacia la cara cónica interior del engranaje de propulsión hacia delante, el cono se acopla al mecanismo y el eje, que mediante el acoplamiento se une al eje de la hélice, gira en dirección hacia delante, mientras que el engranaje de la marcha atrás gira suelto. Cuando la palanca de cambios empuja el cono impulsor contra la cara del engranaje de propulsión de la marcha atrás el eje está acoplado al engranaje de propulsión de la marcha atrás y el eje gira en dirección hacia atrás. Cuando el engranaje de cambios está en punto muerto, el cono impulsor no se acopla a ningún engranaje y el eje gira suelto.
Además de la inversora, en las líneas de ejes destacan otros elementos esenciales para el correcto funcionamiento del sistema.
Figura 15.
Una de estas partes, relacionado directamente con la inversora, son los acoplamientos (Figura 15. punto 1). Además de unir el eje de la hélice con la reductora, algunos como el de la imagen se encargan de amortiguar las vibraciones de torsión que se originan con los cambios de carga y/o vibraciones que son resultado del giro irregular del motor (sobre todo a pocas revoluciones).
La parte del eje que atraviesa el casco por la bocina precisa ser refrigerada y para esto existen sistemas de refrigeración por agua como el de la imagen (Figura 15. punto 3), con un tubo exterior de pared gruesa, y en su interior el eje que en este caso es lubricado por el agua que penetra por el casquillo y además por el agua suministrada a través del cojinete (Figura 15. punto 2), ya que si no fuese de este modo con la embarcación avante la línea se vaciaría y el eje en su interior se sobrecalentaría.
Una de las partes más importantes para el rendimiento de una embarcación es la hélice (Figura 15. punto 4). Es importante tener en cuenta su balance, la hélice debe estar equilibrada. Sus dimensiones, ya que para obtener un rendimiento óptimo y evitar vibraciones, es necesario que el paso de cada pala sea idéntico, como asimismo la distancia entre pala y pala y elegir la superficie de la pala y modelo de la hélice en función del tipo de barco. Además el material debe ser fuerte y elástico.

COJINETE DE EMPUJE

El fin último del motor es generar fuerza para que el barco se mueva. Y esta fuerza se crea en las palas de la hélice debido al movimiento y reacción de la masa de agua trasladada.

La hélice es por tanto el primer elemento que “empuja” el barco hacia delante y como está firmemente unida al eje de transmisión, la fuerza de empuje que puede llegar a ser de muchas toneladas en los grandes barcos, es transmitida al eje que gira.

El eje de transmisión además de hacer girar la hélice es por tanto el que “empuja” el barco hacia delante. Y esa fuerza de empuje tiene que ser “descargada” al barco en algún elemento mecánico pues en caso contrario el eje acabaría destrozando la inversora o el motor de tanto hacer presión y fuerza.

Es el cojinete de empuje el que transmite el “empuje” de la hélice al barco. Para ello existen diferentes modelos en el mercado, algunos de los cuales además permiten acoplar el eje con el motor y absorber pequeños desalineamientos entre el eje del motor y el eje de la hélice. existen distintos tipos de cojienetes de empuje, algunos de ellos estudiados en MTD UNIDAD 9 Cojinetes y lubricación hidrodinámica.
Todo cojinete de empuje de rodamientos estará formado por un conjunto de rodillos y no bolas, para que la fuerza sea transmitida desde el eje de giro a la parte exterior del cojinete que a su vez está fijo a través de una bancada al casco del barco.

HÉLICES



Las hélices convierten la energía de rotación generada por el motor en el empuje necesario para el desplazamiento de un barco. Descontando el diseño de esta, cuanto más grande sea, más eficientemente trabajará. El problema radica en conseguir un equilibrio entre este tamaño y la capacidad del motor para hacerla rotar a su régimen de trabajo idóneo.



Al hablar de hélices, muchas veces la gente sugiere el símil de un tornillo enroscándose en el agua. A cada vuelta avanzaría tanto como lo permita el paso de la hélice (igual que lo hace un tornillo en la madera) suponiendo que el agua fuera un medio sólido. La eficiencia naturalmente no es del 100% puesto que el agua es un liquido. Aunque existen muchos tipos de hélices los 2 más importantes son los que tienen entre 2 y 4 palas y son principalmente utilizados por motores intraborda con ejes. Las utilizadas por los motores fueraborda suelen llevar un número de palas que entre 3 y 6.



Su tamaño: Queda definido por dos datos; El diámetro total de la hélice y el paso de sus palas, es decir lo inclinado que están y por tanto la capacidad de impulsar agua. Estos dos datos son los más importantes para diferenciar una hélice de otra.

Generalmente un diámetro pequeño se corresponde con un motor de pequeña potencia, o con un barco diseñado para desplazarse a mucha velocidad.

El paso de la hélice se corresponde con el avance teórico que genera la hélice al girar esta una vuelta. Puesto que el agua es un medio no sólido y por tanto se producen rozamientos y deslizamientos, el avance real será siempre a regímenes de funcionamiento óptimos, algo inferior al teórico.



Materiales – Pueden ser de muchos tipos, entre ellos de aluminio, acero inoxidable, bronce, o materiales compuestos. Las hélices en ‘composites’ trabajan bien y no son muy caras. Las de aluminio son las más utilizadas debido a la gran cantidad de medidas con que pueden ser fabricadas y las diversas condiciones y revoluciones con que pueden ser utilizadas. Las de bronce y acero inox son las que ofrecen las mejores prestaciones y duración frente al paso del tiempo, y son muy adecuadas para barcos que se desplacen a mucha velocidad.
Una hélice perfecta debería pesar lo mínimo, ser lo más rígida posible, no verse alterada por el entorno marino y poderse reparar con facilidad. Por todo ello un material muy indicado si no fuera por su elevado precio y dificultad para trabajarlo y repararlo sería el Titanio que es totalmente inmune a la oxidación, liviano y muy tenaz.


Número de palas

En cualquier hélice es importante tener suficiente superficie de palas, capaz de distribuir la potencia del motor entre las distintas palas y por tanto tener una superficie suficiente para desplazar todo el volumen de agua que la potencia del motor permita.Palas demasiado pequeñas causan ‘cargas’ muy altas, lo que significa que la hélice no es capaz de absorber toda la potencia transferida por el motor. El resultado es lo que conocemos como cavitación, vibraciones y en algunos casos extremos ‘picaduras’ en las palas.



¿Qué es la cavitación?*

Como acabamos de desvelar, se produce cuando por culpa de girar muy rápido, o por exceso de velocidad del barco, la presión de la cara anterior de la hélice (la que está más a proa) decae a valores muy pequeños. En estas condiciones, en la zona con depresión se forman burbujas de vapor por culpa del vacío que se ha creado. Cuando las burbujas de vapor que se han creado (por ejemplo en un milisegundo o de forma casi instantánea) salen de esta zona de la hélice y vuelven a una zona con presión normal, se colapsan y se condensan otra vez en líquido. Durante el proceso de condensación este colapso es muy violento produciendo vibraciones ruidos y pérdidas de prestaciones. La cavitación puede estropear fácilmente una hélice, mellando sus bordes de ataque, doblando las palas o picando su superficie.



¿Entonces si aumentamos la superficie de la pala, podemos disminuir el diámetro de la hélice? Sí, pero hasta cierto punto ya que disminuirá la eficiencia cuando nos desplacemos a altas velocidades. Una hélice de 3 palas es una buena solución de compromiso que consigue baja carga de palas y un área capaz de absorber la potencia del motor. Para un mismo diámetro y paso, al cambiar de una hélice de 3 a otra de 4 palas, normalmente no es necesario efectuar grandes correcciones en el paso o diámetro de la nueva. Por ello casi siempre podremos pasar de una de 3 palas a otra de 4 palas sin observar modificaciones en el comportamiento de la embarcación.

Las hélices de gran diámetro, las de alta velocidad, o las de palas plegables (pico de pato) y paso variable requieren estudios especiales que deben ser afrontados por un experto.


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*La cavitación o aspiraciones en vacío es un efecto hidrodinámico que se produce cuando se crean cavidades de vapor dentro del agua o cualquier otro fluido en estado líquido en el que actúan fuerzas que responden a diferencias de presión, como puede suceder cuando el fluido pasa a gran velocidad por una arista afilada, produciendo una descompresión del fluido. Puede ocurrir que se alcance la presión de vapor del líquido de tal forma que las moléculas que lo componen cambian inmediatamente a estado de vapor, formándose burbujas o, más correctamente, cavidades. Las cavidades formadas viajan a zonas de mayor presión e implosionan (el vapor regresa al estado líquido de manera súbita, «aplastándose») produciendo una estela de gas de gran energía.
La implosión causa ondas de presión que viajan en el líquido a velocidades próximas a las del sonido, es decir independientemente del fluido y de la velocidad de éste. Estas pueden disiparse en la corriente del líquido o pueden chocar con una superficie sólida. Si la zona donde chocan las ondas de presión es la misma donde se originan, el material tiende a debilitarse estructuralmente y se inicia una erosión que, además de dañar la superficie, provoca que ésta se convierta en una zona de mayor pérdida de presión y por ende de mayor foco de formación de burbujas de vapor. Si las burbujas de vapor se encuentran cerca o en contacto con una pared sólida cuando implosionan, las fuerzas ejercidas por el líquido al aplastar la cavidad dejada por el vapor, dan lugar a presiones localizadas muy altas, ocasionando picaduras. El fenómeno generalmente va acompañado de golpes, ruido y vibraciones.
Se puede presentar también cavitación en otros procesos como, por ejemplo, en hélices de barcos y aviones, bombas y tejidos vascularizados de algunas plantas.
Se suele llamar corrosión por cavitación al fenómeno por el que la cavitación arranca la capa de óxido (resultado de la pasivación) que cubre el metal y lo protege, de tal forma que entre esta zona (ánodo) y la que permanece pasivada (cubierta por óxido) se forma un par galvánico en el que el ánodo (el que se corroe) es la zona que ha perdido su capa de óxido y cátodo la que la mantiene.

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El contenido de esta entrada ha sido seleccionado con el fin de introducir al lector en el "universo" de la propulsión marina.
Los puntos escenciales tocados aquí, lo han sido en forma general , sólo para comprender globalmente el problema de la transmisión de la potencia de las máquinas al casco del buque.
Con posterioridad, volveremos sobre estos temas y profundizaremos en lo que nos compete a nosotros como operadores/mantenedores de plantas propulsoras en nuestra Armada.
 índice
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ENTRADAS RELACIONADAS


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 FUENTES:

M.J.D.


http://www.fondear.org/infonautic/Equipo_y_Usos/Equipamiento/Helices/Helices_marinas.htm

http://www.fondear.org/infonautic/Barco/Motores_Helices/Inversora/Reductora_Motor.asp

ING. JUAN JOSE GUERRA "SISTEMA DE PROPULSIÓN DE LOS BUQUES"

http://www.fao.org/docrep/009/x0487s/X0487S05.htm 

www.wikipedia.org


domingo, 23 de julio de 2017

MTD UNIDAD 14 EMBRAGUES Y CAMBIO DE MARCHA

UNIDAD 14: EMBRAGUES Y CAMBIO DE MARCHA

DEFINICIONES
Embrague-acoplamiento, o simplemente embrague o clutch, se utiliza en motores diésel marinos. Se denomina acoplamiento al dispositivo que conecta dos ejes para que actúen como uno solo.

El embrague es un dispositivo que permite conectar y desconectar a voluntad un elemento transmisor de potencia (como una polea o un engranaje) a un eje, o desde un eje. También se le conoce como Clutch.

Cuando es necesario conectar o desconectar dos ejes en funcionamiento, el dispositivo empleado tiene características tanto de acoplamiento como de embrague, y se le llama embrague-acoplamiento.

En la práctica, este dispositivo se conoce simplemente como embrague, como en el caso del motor y el eje impulsado de un automóvil.

Mecanismo. Este término tiene varios significados relacionados con el motor. Uno de ellos, frecuentemente utilizado, se refiere a una rueda dentada que engrana con otra similar para transmitir fuerza motriz.

Otro significado alude a un mecanismo auxiliar que cumple una función específica en el motor completo, como el mecanismo de válvulas de un motor de combustión interna.

Un tercer significado describe una combinación de ruedas dentadas o engranajes que funcionan como una unidad y transmiten torque, generalmente con un cambio de velocidad o de dirección de rotación, como en un reductor o una caja de cambios.

El embrague-acoplamiento se emplea en la Marina para la propulsión directa, permitiendo desconectar el motor del eje de la hélice cuando es necesario.
En motores pequeños, los embragues suelen combinarse con mecanismos de inversión de marcha para maniobrar embarcaciones.

En motores grandes, se utilizan embragues especiales para lograr acoplamientos específicos o características particulares.

Los tipos de embrague usados en los motores die­sel navales son:

1) Por fricción.
2) Embragues neumáticos.
3) Hidráulicos.
4) Electromagnéticos.


Los embragues de fricción son comúnmente utilizados en motores pequeños de alta velocidad de hasta 500 HP. Sin embargo, algunos embragues de fricción, junto con acoplamientos dentados o de uñas centrífugas, se emplean en motores de hasta 1,400 HP; y los embragues neumáticos con superficies de fricción cilíndricas se usan en motores de hasta 2,000 HP.

En cuanto a su acción, en los embragues de fricción empleados en motores diésel marinos, el torque se transfiere del eje motor al eje impulsado mediante la fricción generada por la fuerza axial que produce el contacto entre dos o más superficies.

Estas superficies de fricción pueden ser planas, como se muestra en la figura 16-1 (a), o cónicas, como en la figura 16-1 (b).




La ventaja de una superficie cónica es que un esfuerzo axial aplicado produce una mayor presión en el embrague debido a la acción de cuña del ángulo del cono. En este caso, todos los discos están diseñados para deslizarse axialmente; un disco de cada par gira con un eje, mientras que el otro gira con la carcasa que está fijada al otro eje.

Con el mismo esfuerzo axial, el torque transmitido por un embrague de discos múltiples es directamente proporcional al número de pares de superficies de fricción.

De igual forma, los embragues cónicos frecuentemente se fabrican con dos conos, tal como se muestra en la figura 16-3, duplicando de esta manera su capacidad.


Finalmente, existen embragues que combinan superficies de fricción cónicas y discos en un mismo dispositivo.

Los embragues por fricción se dividen en dos categorías: secos y húmedos, según si operan sin lubricación o con ella.

Ambos tipos tienen un diseño parecido, pero los embragues húmedos necesitan una mayor área de fricción debido a que el coeficiente de fricción disminuye cuando las superficies están lubricadas.

Las ventajas de los embragues húmedos incluyen:

1) Operación más suave.

2) Menor desgaste de las superficies de fricción.

Superficies de fricción:
Estas superficies se fabrican generalmente con distintos materiales, siendo una de hierro fundido o acero, y la otra recubierta con una mezcla de asbesto, hierro calcinado o bronce para los embragues secos; mientras que para los húmedos se emplea bronce, hierro fundido o acero.

Las superficies de fricción de hierro fundido son preferidas por sus mejores propiedades como cojinete y su mayor resistencia al rayado y desgaste.

EMBRAGUES NEUMÁTICOS
Pueden ser:
Operados por presión de aire
Operados por vacío

1. Operados por presión de aire.
En la figura 16-4 se muestra un tipo de embrague neumático, también conocido como embrague operado por aire.
 
El embrague es de tipo multidisco con cuatro pares de superficies de fricción. Los dos discos, acoplados mediante estrías a la cubierta que, a su vez, está acuñada al motor o eje de impulsión, están fabricados de asbesto moldeado para obtener un mayor coeficiente de fricción. El disco flotante central y el disco final son de hierro fundido y se acoplan mediante estrías al núcleo, que está acuñado al eje de la hélice. El cilindro de aire forma parte del plato final y el pistón se fija al núcleo del embrague. Cuando se libera la presión de aire, cuatro resortes cilíndricos separan el disco final del disco de fricción. La presión de aire, de 80 a 90 lbs./plg.², se logra mediante un compresor operado por el motor o uno de accionamiento independiente. Este aire se introduce a través del eje hueco por un orificio perforado en él. En este tipo de embrague, es crucial mantener una presión de aire constante y segura. Un fallo parcial en el suministro de aire puede hacer que el embrague patine y se sobrecaliente, causando una falla.

Un tipo de embrague neumático incluye un neumático similar a un anillo de goma, cuyo exterior está acoplado a una llanta motriz y el interior tiene adherida una guarnición de fricción. En la figura 16-5, el motor está conectado a un tambor cilíndrico, que no se ilustra en el dibujo. Al introducir aire comprimido en la cámara de goma, la superficie de fricción se presiona contra el tambor, activando así el embrague.

 


En los embragues de acoplamiento directo operados por aceite o aire comprimido que se acaban de mencionar, no es necesario realizar ajustes por desgaste y la fuerza de acoplamiento no cambia con el desgaste.

2-Embragues operados por vacío. Los embragues operados por vacío son dispositivos mecánicos que cuentan con una conexión externa operada por un pistón y cilindro al vacío. El vacío puede ser proporcionado por una bomba de vacío independiente.

Las principales ventajas de los controles hidráulicos, neumáticos o al vacío en los embragues de fricción son que pueden operarse con un esfuerzo manual mínimo y facilitan enormemente el control remoto. Los embragues también pueden ser operados remotamente mediante un mecanismo de palancas adecuado, pero tal control resulta difícil debido al aumento del esfuerzo requerido para el desplazamiento por la fricción en el sistema de palancas o por la complejidad de las articulaciones en las palancas externas.


EMBRAGUES HIDRÁULICOS

La Figura 16-6 muestra una sección transversal de un embrague hidráulico estándar. La unidad representada recibe aceite lubricante a través de una bomba externa, y cuenta con mecanismos para la rápida eliminación del aceite cuando se requiere desacoplar.
Tanto en el impulsor como en el rotor se instalan núcleos anulares y anillos guía de sección semicircular para dirigir el fluido operativo.
El impulsor, o elemento motriz, está fijado al eje motriz, mientras que el rotor, o elemento conducido, se fija al eje conducido. Al rotor se le añade una carcasa para encerrar la parte trasera del impulsor y contener el fluido operativo.
Ambos, impulsor y rotor, están equipados con una serie de álabes radiales, como se ilustra en la parte superior de la Figura 16-6.
El fluido operativo, un aceite mineral con una viscosidad de 180 a 200 S.S.U., se introduce en el impulsor o rueda primaria desde una bomba externa. La rotación del impulsor provoca que el fluido sea expulsado radialmente hacia afuera por la fuerza centrífuga hasta alcanzar el borde exterior, desde donde fluye radialmente hacia adentro. El flujo del fluido sigue un patrón similar al de un resorte en espiral doblado en forma circular.
La transmisión de fuerza se realiza mediante la transferencia de energía cinética al impulsor, obtenida cuando el aceite choca contra el borde.
Cuando el fluido fluye radialmente hacia adentro a través de los álabes del rotor o rueda secundaria, la energía cinética se transforma en trabajo mecánico, lo que hace girar el rotor y su eje.
El desacoplamiento rápido se logra abriendo la válvula de anillo (1), que expone una serie de orificios en la cubierta del rotor.
Esto permite que el fluido contenido en el embrague sea expulsado hacia afuera por la fuerza centrífuga.
Las principales ventajas de los embragues o acoplamientos hidráulicos son:

1) Son aptos para motores de cualquier potencia.

2) Impiden la transmisión de vibraciones torsionales entre el motor y el eje de la hélice.

3) Resguardan el motor y el reductor frente a impactos repentinos causados por cargas imprevistas, ya sea por el acoplamiento del pistón o por inconvenientes en la hélice.

4) La alineación se facilita ya que las holguras entre los elementos rotativos son comparativamente amplias.



 
EMBRAGUES ELECTROMAGNÉTICOS

La función de un embrague electromagnético, a veces denominado simplemente como embrague eléctrico o magnético, es parecida a la de un motor eléctrico de inducción. Se le conoce como clutch de resbalamiento porque siempre hay cierto deslizamiento entre los componentes accionador y accionado. Un entrehierro considerable separa las dos partes del acoplamiento, que encajan de manera concéntrica. La corriente continua de excitación se introduce en el campo a través de anillos colectores y escobillas, generando un flujo magnético que arrastra el miembro interior y, con él, al eje accionado, manteniendo una posición casi constante respecto al motor primario. Las ventajas de un embrague magnético son similares a las de los embragues hidráulicos. Además, ajustando la corriente de excitación, se puede lograr un control preciso de la velocidad del eje accionado, permitiendo que el eje portahélice opere a velocidades muy reducidas, como se requiere durante las maniobras. La eficiencia de los acoplamientos magnéticos, incluida la potencia necesaria para la excitación, varía entre el 95 y el 98%. La potencia necesaria para la excitación es aproximadamente el 1% de la fuerza transmitida. El control remoto de los embragues magnéticos es especialmente sencillo, sin importar la distancia, ya que solo se requieren cables de calibre fino para las conexiones.

Los motores diésel requieren operar a una velocidad relativamente alta para minimizar el peso y tamaño y así lograr una potencia específica. En contraste, las hélices funcionan mejor a velocidades más bajas para maximizar la eficiencia, especialmente cuando se necesita un alto empuje, como en los remolcadores.

Los reductores se utilizan para conciliar estos dos requisitos opuestos, permitiendo así una velocidad baja en el eje de la hélice mientras el motor opera a alta velocidad.

Generalmente, la relación de reducción no supera 3:1, aunque en ocasiones se utilizan relaciones de hasta 6:1.
Los reductores se clasifican según el tipo y la disposición de los engranajes que utilizan, que pueden ser:

1) de engranajes externos
2) de engranajes internos
3) de engranajes planetarios

El término "piñón" se refiere al engranaje más pequeño de un par, siendo el más grande la rueda dentada o engranaje, sin importar cuál es el motor y cuál el movido. La unidad de engranajes exteriores, figura 16-8(a), consta de una rueda dentada principal o engranaje movido, que engrana con un piñón montado en un eje paralelo. Se utilizan dientes rectos, engranajes helicoidales o de tipo Herringbone. Los dientes helicoidales engranan de manera más suave, ya que en un momento dado hay más dientes en contacto y el funcionamiento es más silencioso en comparación con los dientes rectos. El retroceso es una fuerza axial generada por la inclinación de los dientes. En los engranajes Herringbone, que son como dos engranajes helicoidales con hélices en ángulos opuestos colocados uno junto al otro, se mantienen todas las ventajas de los engranajes helicoidales y la forma en V de los dientes elimina el movimiento y la fuerza axial.

En general, la relación de velocidad se calcula dividiendo el número de dientes del engranaje movido por el número de dientes del engranaje motor.



Si el número de dientes del engranaje conductor es menor que en el engranaje conducido, el cociente será mayor que uno, resultando en una reducción de la velocidad. Si el número de dientes en el conductor es mayor que en el engranaje conducido, el cociente será menor que uno, y el resultado será un incremento de la velocidad, como ocurre frecuentemente en los conductores de bombas centrífugas.

La unidad de engranajes internos se compone de un piñón que engrana con un engranaje con dientes en su superficie cilíndrica interna. Este engranaje interno se monta en un eje paralelo al del piñón, como se muestra en la figura 16-8 (b). Se pueden utilizar dientes rectos o helicoidales indistintamente. Este tipo de reductor necesita una menor excentricidad en la línea de centros entre el eje de la hélice y el eje conductor, en comparación con las unidades reductoras que utilizan engranajes externos de igual grado. Además, ambos ejes giran en la misma dirección, a diferencia de los reductores con engranajes externos, donde los ejes rotan en direcciones opuestas, como se observa en la figura 16-8 (a). No obstante, su diseño generalmente requiere un piñón conductor frontal, es decir, uno que está soportado por un solo lado mediante un cojinete, lo que permite una mayor deflexión del eje bajo carga y resulta en un movimiento más ruidoso y mayor desgaste. Estos reductores se instalan comúnmente en motores de potencia relativamente baja. Un tipo de engranaje reductor planetario consta de un engranaje conductor o impulsor (1), figura 16-9, que engrana con tres piñones satélites idénticos (2); estos, a su vez, engranan con la mitad de cada uno de los piñones satélites largos (3), cuyas otras mitades están engranadas con el engranaje conducido o de salida (4).
La reducción de velocidad corresponde a la relación entre el número de dientes del engranaje mayor (4) y el engranaje menor (1); el número de dientes en los piñones satélites no influye en esto.
Como se observa, el engranaje de salida gira en dirección contraria al engranaje de entrada.
Se denomina planetario porque, en sus aplicaciones originales, la disposición de engranajes y piñones satélites giraba de manera similar al movimiento planetario.
Los ejes de entrada y salida se alinean en la misma línea central, permitiendo así una unidad compacta para un nivel de reducción determinado.
No obstante, las desventajas de este tipo de reductor incluyen:

1) Una construcción bastante compleja.
2) Un incremento en la cantidad de componentes móviles.
3) Un aumento en las pérdidas por fricción resultantes.

La lubricación de los engranajes reductores se realiza por salpicadura en unidades pequeñas y mediante aceite a presión de una bomba integrada en motores de mayor tamaño.
El enfriamiento del aceite lubricante se puede lograr con una camisa de enfriamiento de agua alrededor de la carcasa de los engranajes, mediante un enfriador de aceite externo, o utilizando ambos métodos.

CAMBIOS DE MARCHA


Los mecanismos de reversión se utilizan en motores diésel marinos para cambiar la dirección de rotación del eje de la hélice. Se emplean principalmente en motores de tamaño reducido, generalmente aquellos que no exceden de 500 a 750 H.P. En el caso de motores diésel de alta potencia con caja de cambios, esta se utiliza únicamente durante el funcionamiento a baja velocidad y no está diseñada para soportar la carga completa a la máxima velocidad. Para maniobrar embarcaciones con motores grandes de propulsión directa, se invierte la rotación del eje mediante:
1) Cambio de marcha selectivo.
2) Cambio de marcha planetario.

1) Cambio de marcha selectivo.
Un cambio de marcha selectivo consta de dos transmisiones separadas pero similares, que pueden ser alternadamente activadas por el eje del motor al embragar uno de los dos embragues de fricción.
La transmisión de marcha adelante se compone de un eje hueco exterior, figura 16-10, con un disco de embrague h que puede ser acoplado al eje del motor.
En este caso, la fuerza motriz se transmite al eje de la hélice a través de los engranajes 1 y 2, y el eje porta-hélice gira en dirección contraria al eje del motor.
Cuando el eje del motor se desacopla del embrague h y se acopla mediante el embrague s al eje sólido interior, la fuerza motriz se transmite desde el piñón 3 a través del engranaje intermedio 4 al engranaje 5 en el eje de la hélice.
El eje de la hélice, por supuesto, gira en la misma dirección que el eje del motor, pero en dirección contraria a la que giraba en el primer caso, y la transmisión de marcha adelante se convierte en la transmisión de marcha atrás.
Este mecanismo de inversión de marcha es comúnmente utilizado también como reductor, al tener un número de dientes mayor en el engranaje 2 que en el engranaje 1, y lo mismo en los engranajes 5 y 3, respectivamente.
El número de dientes en el engranaje satélite 4 no influye en la relación de velocidad.


En la figura 16-11 se presenta un ejemplo de dicha combinación de mecanismo de inversión de marcha con reductor. El disco flotante aparece en su posición neutral, desacoplada. Al moverse el collarín deslizante hacia la derecha, en dirección al motor, la palanca con terminales en forma de V invertida presiona el disco neutral contra la tapa del embrague, acoplando el disco de fricción de marcha adelante que está fijado al eje hueco. Así, el eje de la hélice empieza a rotar en la dirección de marcha adelante. Si el collarín deslizante se desplaza en sentido opuesto al motor, interactúa con el otro extremo de la palanca en V, empujando el disco flotante contra el disco de fricción de marcha atrás, acoplando el eje sólido interior y provocando que el eje de la hélice rote en dirección de marcha atrás. El compartimento del embrague de este mecanismo funciona en seco, mientras que el reductor cuenta con un depósito de aceite lubricante en su carcasa, permitiendo que los engranajes y cojinetes se lubriquen por salpicadura.



Caja inversora simple.


Un cambio de marcha planetario se compone de una caja que contiene un reductor planetario, tal como se ilustra en la figura 16-9, un embrague que conecta directamente los ejes motriz y conducido durante la marcha hacia adelante, y un freno que permite detener la rotación de la caja del embrague después de desacoplar el clutch. Si la caja de engranajes está inmóvil, el eje de la hélice empezará a girar en sentido contrario, como se indica en la figura 16-9.
La figura 16-12 ilustra un cambio de marcha planetario estándar en la posición de avance. Para activar el avance, el motor o eje motriz se acopla al eje impulsado desplazando el collarín deslizante hacia la derecha, alejándolo de la sección de la unidad adyacente al extremo del motor.
El mecanismo de palanca acodada número 33 empujará el émbolo hacia la izquierda, ejerciendo presión sobre los discos del embrague. Dado que los discos número 13 de este embrague, intercalados con los discos número 11, están unidos a la caja de engranajes, el embrague comprime tanto la caja de engranajes como la jaula de engranajes número 4 junto con el eje de la hélice.
Simultáneamente, el cono del embrague y su superficie plana se acoplan mediante la misma acción de la palanca acodada. A medida que el cono número 5 se engrana con el engranaje del eje de impulsión, la jaula de engranajes número 4, que contiene los ejes de los piñones satélites, se bloquea con el eje de impulsión, transmitiendo así la fuerza motriz a la hélice.
En marcha atrás, se desacoplan tanto los embragues de discos como el de cono de fricción. La banda de freno de reversa se cierra alrededor de la caja de engranajes, impidiendo su rotación.
Por lo tanto, el engranaje del eje de impulsión mueve los tres piñones cortos (número 7).
Estos piñones cortos accionan los piñones largos (no mostrados), que a su vez impulsan el engranaje del eje de salida, o eje de la hélice, invirtiendo así la rotación del eje de entrada.
En punto muerto, tanto los embragues de discos como el cono y la banda de freno están desacoplados, permitiendo la rotación libre de la jaula de engranajes y los piñones.
Los embragues de fricción son de tipo húmedo y operan en aceite, que también lubrica todos los dientes de los engranajes y los cojinetes.


CAJA INVERSORA DE DE DOBLE EMBRAGUE
La inversión de la dirección de rotación se consigue con un mecanismo de doble embrague (presente en la mayoría de los modelos), que permite seleccionar entre dos ejes que giran en direcciones opuestas. Aunque distintos fabricantes proponen diversas soluciones, el esquema mostrado en la figura ilustra el principio de funcionamiento común a la mayoría.




En el acoplamiento de la salida del motor (1), la conexión se realiza mediante un disco con acoplamientos de goma que promueven la suavidad entre la salida del motor y la entrada al inversor. Los engranajes (1) y (5) siempre giran en direcciones opuestas, lo que también hacen los ejes internos (2) y (6) de los embragues de Avante y Atrás.

En la modalidad de "Avante", la transmisión se efectúa (indicado por flechas azules) a través del embrague de avante (2). En este modo, es el embrague (2) el que se encarga de transmitir la potencia desde su parte exterior hacia la corona (3), que acciona el engranaje (4), el cual, a su vez, hace girar el engranaje de salida (5) en dirección de Avante hacia el eje de la hélice (8).

En este estado, aunque la parte interna del embrague de "Atrás" esté en movimiento por el eje interno de marcha atrás, no se transmite movimiento a la parte exterior del embrague. Para activar la marcha atrás, basta con cambiar el estado de los dos embragues, transfiriendo la potencia de (1) a (5) y, por ende, al embrague de Atrás (6), que transmitirá el movimiento a (7) a través de su corona exterior, haciendo que el engranaje de salida (5) gire en sentido inverso.
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FUENTES:

M.J.D.

MAQ 305 MOTORES DIESEL CAPITULO 16 Embragues y cambios de marcha.

http://www.fondear.org/infonautic/Barco/Motores_Helices/Inversora/Reductora_Motor.asp 




domingo, 2 de julio de 2017

CAU-UNIDAD 6: Mantenimiento de calderas.

UNIDAD 6: Mantenimiento
Generalidades sobre mantenimiento correctivo, preventivo y planificado.

Como una regla general para prevenir eventos cuyos resultados deriven en accidentes con consecuentes daños en el material y lesiones en personas, se podrán seguir lo detallado en la siguiente guía. Se da por sentado que esta guía es perfectible y que los ítems que la componen no podran ser aplicados en todas las situaciones, y que en otras, habrá que agregar algunos, pero no deja de ser una lista base desde dónde comenzar.

GUÍA PARA PREVENIR ACCIDENTES
Como una guía rápida y universal para evitar inconvenientes, averías en los equipos, y daños personales en la puesta en marcha de un generador de vapor, podemos mencionar los siguientes puntos:

- Cumplir estrictamente el plan de rutinas establecido por el fabricante del equipo.
- Bajo ningún concepto obviar la purga de niveles al inicio de cada turno.
- No encender nunca la caldera sin el chequeo previo del nivel de agua
- No perder de vista el indicador visual de nivel.
- No permitir irregularidades en la indicación de nivel: ensuciamiento, falta de luz, pérdidas.
- No encender nunca un quemador sin barrido previo de gases.
- Usar sistemas de encendido adecuados: la demora en el encendido es causa de explosión.
- Prever las emergencias y estar preparado para enfrentarlas. No esperar a que sucedan para empezar a pensar.
- No encender nunca una caldera sin chequear la posición de todas las válvulas: purgas, venteos, niveles, manómetros, etc.
- No abrir nunca una válvula de agua o vapor a presión en forma rápida.
- No dejar nunca una válvula de purga abierta sin atención directa.
- No apretar tornillos o tuercas bajo presión de aire o vapor.
- No golpear ningún objeto sometido a presión de aire o vapor.
- No dar nunca órdenes verbales para operaciones importantes: registrar por escrito.
- No modificar el ajuste de la presión de escape de las válvulas de seguridad sin la debida autorización.
- No permitir la intervención de personas no autorizadas en ninguno de los equipos de la planta de vapor.
- Llenar cuidadosamente las planillas diarias, datos de operación y novedades.
- No dejar nunca de comunicar a quien corresponda cualquier anormalidad que se observe en la caldera o equipos auxiliares.

En nuestra Armada, cada destino en particular tiene para el personal operador/mantenedor de calderas, las órdenes de operación y mantenimiento de los mecanismos, además de las correspondientes secuencias de puesta en marcha y de parada de los mismos.

En lo que respecta al mantenimiento Preventivo, Correctivo, y planificado, la Armada posee un sistema cuyas generalidades pueden ser consultadas en en link abajo.

Mantenimiento

Además, en caso de no poseer información proveniente del fabricante, se usaran como guía para la toma de decisiones y trabajos a realizar, las NORMAS PARA EL USO Y CONSERVACIÓN DEL MATERIAL DE CASCO, ELECTRICIDAD Y MAQUINAS NAVALES (NOCEM) CAPITULO 20 CALDERAS
 índice
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https://drive.google.com/open?id=0B1rlCioRveAHa2EzX090aFpyNXc


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FUENTES:

M.J.D.

MAQ 303 CALDERAS NAVALES CAPITULO 20 Trabajos de rutina y conservación de calderas.
http://elmaquinante.blogspot.com.ar/2016/06/primeras-nociones-del-mantenimiento-en.html